Cuando nos enfrentamos a una pérdida en la vida, las personas entramos en fase de redefinición. Nos vemos ante el reto de reconstruirnos y aceptarnos sin esa persona, esa relación amorosa o esas circunstancias que satisfacían nuestra existencia. Al entrar en esa fase de redefinición es cuando se puede aprender a vivir con una pérdida y a ser capaz de disfrutar tras ella sin sentimientos de culpa.
Los casos más frecuentes de terapia de duelo son por:
- Muertes violentas.
- Muertes de hijos.
- Muerte sin cuerpo (duelo congelado) (desapariciones, p.e. en el mar).
- Pérdida de miembros corporales.
- Pérdida de sentidos (visión, audición) o de la salud.
- Pérdida de la juventud.
- Pérdida de una gran riqueza económica, prestigio, etc…
- Gran dependencia con el fallecido.
En casos de pacientes graves o terminales se puede empezar o continuar la terapia en donde el paciente se halle: hospitales, prisiones, tanatorios, domicilios.