NO ME SEPARO POR NUESTROS HIJOS

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» Hace tiempo que me habría separado pero no lo hago por nuestros hijos».

Frase frecuente de muchos padres. Sí, muy frecuente en uno o los dos miembros de una pareja disfuncional, con serios problemas de convivencia o desamor. Momentos en los que hay que reflexionar sobre si es más conveniente seguir juntos en la misma casa o afrontar una separación.

Muchas parejas manifiestan que no se separan por los hijos y en muchas ocasiones es verdad. En otras, las razones son diferentes, como temas económicos al no querer perder poder adquisitivo, ya que las separaciones son caras normalmente y luego hay que repartir bienes y tiempos con la prole, asignar o no gastos de manutención dependiendo del tipo de custodia, etc…

También a veces, un miembro de la pareja se siente culpable por alguna razón y ello le mantiene «atado” al otro miembro a pesar de haber dejado de amarle.

En ocasiones uno puede seguir casado con el rol y no con la persona, pues ésta le da seguridad, prestigio, estabilidad o una familia política maravillosa que le hace feliz.

Pero volvamos al “No nos separamos por nuestros hijos”.
Claro que lo ideal y más bonito y saludable es que papá y mamá estén juntos, felices y con sus hijos, pero ¿qué pasa cuando hay alta conflictividad en la pareja, se hablan permanentemente mal, con insultos, desprecios, desdibujando la figura del otro ante los hijos? ¿O por el contrario apenas se hablan, no hay muestras de cariño, no hay expresiones de amor porque ya no lo hay? Es entonces cuando hay que hacer un alarde de responsabilidad y preguntarse qué modelo de pareja se les está ofreciendo a esos hijos, qué están aprendiendo de los padres sobre cómo gestionan sus problemas, emociones, sentimientos, qué clase de vida en común se les está enseñando.

Hay padres, los menos, que acuerdan una separación de hecho permaneciendo los dos en el hogar familiar y comunicando la situación con honestidad a los hijos. Son pocos casos y suelen durar poco tiempo ya que, al llevar cada uno su vida, surgen roces y ambos progenitores tienen problemas de intimidad, se quejan de no tener su espacio en el que compartir tiempo con otra u otras personas.
En una familia debe de haber una buena comunicación, amor, apoyo y sinceridad.
En muchos casos hay que valorar seriamente si permanecer juntos con los hijos está siendo positivo o tóxico para ellos, ya que una mala convivencia cronificada en el tiempo es mucho más dañina que una honesta separación.

La responsabilidad nos tiene que llevar a tomar decisiones justas y honestas aunque sean dolorosas. Los hijos quieren ver padres felices, juntos o separados pero felices. Claro que los prefieren juntos, pero cuando la relación lo permite. Es mucho más traumática una mala convivencia que una coherente separación.
En cualquier caso, siempre hay que transmitir seguridad y amor a los hijos, ya que muchas veces pueden pensar que son los culpables de la situación y que igual que papá y mamá se querían mucho y se han separado, también se pueden separar de mí. Hay que asegurarles que la ruptura es entre los padres y en ningún caso entre los padres y ellos.

Mercedes.

¿POR QUÉ UTILIZAMOS LAS TONTERÍAS PARA DISCUTIR?

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» Muchas veces utilizamos las tonterías para discutir, mostrando insatisfacción, frustración, rabia, pero no exponemos las verdaderas razones que nos hacen sentir así”.

En multitud de ocasiones he escuchado decir a pacientes y amigos:
¡Nosotros discutimos siempre por tonterías!.
¡Por una tontería de nada se monta un follón impresionante!. ¡No sé cómo, por una tontería sin importancia, acabamos tirándonos los trastos a la cabeza!.
¿Te suena?. ¿Y por qué ocurre esto?.
Sucede porque sin darnos cuenta, utilizamos las tonterías para enfadarnos y transmitir al otro nuestra frustración, pero sin exponer las verdaderas causas de ella.
Descargamos nuestra rabia y el otro se da cuenta de que estamos mal y de alguna forma le castigamos con nuestro enfado y le hacemos sufrir. Pero no se entera de las verdaderas causas que han disparado la discusión porque no se las decimos. Le hacemos saber que estamos mal pero no el porqué.
Hacemos las paces, nos pedimos perdón, ponemos una tirita y todo se calma hasta la próxima «tontería” de la que, con frecuencia,   inconscientemente, nos vamos a valer para volver a hacer sentir al otro nuestro enfado, nuestra disconformidad o insatisfacción, pero sin transmitirle la verdad, el origen real de nuestro malestar.
¿Cuáles son las causas de que se produzcan estas situaciones? Pueden ser muchas. Una podría ser el miedo a que la otra persona se tome mal lo que le diga, otra, la creencia de que si sabe lo que me duele lo utilizará contra  mí, otra que se ofenda y no me hable en tres días, una muy frecuente, que sepa mis puntos débiles o mis defectos, por lo que ya no me verá igual…
Pero la realidad es que si no transmitimos a los demás lo que de verdad nos duele no se van a poder poner soluciones y las discusiones por cosas nimias se van a instalar en nuestras relaciones de pareja, de familia, laborales o sociales.
Hemos de plantear al otro u otros lo que nos ocurre y no esperar a que lo adivinen por la cara que ponemos o por el tono que usamos. Hagamos fácil la comunicación y si no sabemos que nos pasa, buceemos en nosotros mismos, vayamos a nuestro interior y conozcámonos mejor.
Si no podemos solos o se nos hace una montaña, podemos buscar ayuda profesional siempre.
Dejemos de utilizar las tonterías para discutir, acallando las cosas importantes que de verdad nos duelen porque si no, el desgaste y la desilusión están asegurados.
Mercedes.

 

 

LIBROS PARA SALTAR VALLAS INSALVABLES

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No, no se trata de apilar libros hasta saltar una valla, no.

Liber en latín significa por igual libre y libro. Interesante esa coincidencia porque los libros, con su transmisión de conocimientos, mensajes, teorías, reflexiones, descripción de situaciones históricas, biografías, escenarios atractivos y diferentes, múltiples formaciones en esto o lo otro, nos dan libertad para vivir, formarnos, informarnos y tener ilusiones por otras realidades y futuros.

En el Campo de concentración de Mauthausen, que más tarde fue de exterminio, un español llamado Tarragó creó una biblioteca clandestina de unos 250 libros que salvaba con triquiñuelas antes de que fueran quemados por miembros del ejército de las SS. Con ello regalaría horas de libertad y de evasión de aquella dura existencia, a los presos del campo, que podían así vivir otras vidas e ilusiones por breves momentos, que les daban fuerza para seguir soportando las atrocidades de aquel infierno.

Cuando Tarragó más tarde fue deportado a España, tuvo un hijo al que llamó Llibert en agradecimiento a los libros que tanto bien pudieron hacer a los presos del campo, a través de aquellas lecturas que tanto les ayudaron a soportar tremendas adversidades y a mejorar su resiliencia y su dolor.

Lliber, libro y libre también para nosotros.

Leamos, disfrutemos, aprendamos, desaprendamos, pero leamos y ampliemos nuestro universo. Seamos ambiciosos en el saber y en adquirir conocimientos y el autoconocimiento que nos lleve al siempre deseado crecimiento personal.

«Todo aquello que el hombre ignora, no existe para él. Por eso el universo de cada uno se resume al tamaño de su saber”. Albert Einstein.

¿Te gusta leer? Seguro que sí pero si es que no, haz un pequeño esfuerzo y empieza. Te gustará, te aficionarás, tu universo se ampliará y tu autoconocimiento te llevará hacia un crecimiento personal muy importante.

Si te puedo ayudar, aquí estoy.

Mercedes.

¡ES QUE YO QUIERO QUE LE NAZCA, QUE SALGA DE ÉL!

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Hace poco corría por Whatsapp un chiste que me recordó a muchos hechos reales que con frecuencia son motivo de conflicto en las parejas.
En el chiste había dos amigos charlando y uno le comentaba al otro que él compartía todas las tareas domésticas con su mujer: “Yo pongo la lavadora, tiendo, plancho, paso la aspiradora, limpio el polvo, corto el césped…”. El amigo le dijo «pues tu mujer estará muy contenta contigo, no como otras, que tienen razón porque sus maridos no hacen nada en casa”.
El hacendoso amigo contestó «¡Que va, se enfada porque lo que quiere es que me nazca a mí hacerlo, sin que me lo diga ella!”.
Esto es algo que ocurre muy frecuentemente en las parejas y acaba en discusión continua y en uno de los motivos de disfunción de pareja. Salir de los tradicionales roles cuesta, lo sabemos, pero si ellos comparten y realizan tareas está bien, aunque no les nazca.
Seamos realistas y flexibles. Ellos no ven las cosas como nosotras.

Muchas veces he escuchado lo mismo a montones de mujeres «¿Pero es que no ve el polvo encima de los muebles”, ¿No ve que está el lavavajillas por poner?, ¿No le molesta que el suelo de la cocina esté sucio?. Pues no, no ven o no les molesta el polvo de los muebles, piensan que el lavavajillas se puede poner más tarde y «¿qué le pasa al suelo de la cocina?, yo lo veo bien.”Desde un punto de vista antropológico, desde hace miles, millones de años los hombres se han dedicado a cazar, recolectar o a hacer la guerra, dejando las tareas de la casa y el cuidado de la prole a las mujeres.

Esto explica pero no justifica que actualmente les cueste compartir las tareas domésticas y el cuidado y la educación de los niños, aparte de la comodidad claro.
La situación ha cambiado, la sociedad es más igualitaria y las mujeres hoy también salimos a cazar para traer el sustento a casa, vamos a la guerra, nos formamos para progresar profesionalmente y tenemos necesidades de descanso y ocio que hace muy poco tiempo ni se planteaban.
Aún hay hombres jóvenes que ven a sus padres instalados en roles tradicionales e incluso a sus madres que siguen haciéndolo casi todo en casa y también trabajan fuera del hogar.
Aquí topamos con el Aprendizaje Vicario: aprendemos lo que vemos, sobre todo si es en figuras tan potentes como unos padres.
No os enzarcéis en discusiones que no llevan a ninguna parte pero van dejando pequeñas heridas y venganzas.
Somos diferentes y muchas cosas no les nacen como tampoco otras nos nacen a las mujeres y con frecuencia, aunque mucho menos, ellos se quejan de mujeres que son un desastre y tampoco ven el polvo ni el lavavajillas por poner. Aceptemos sin enfado lo que ellos piden: «tu dime lo que hay que hacer y yo lo hago”. Podemos hablar de asignaciones fijas de tareas y de otras que van surgiendo y habrá que decírselo con corrección y como a un adulto, no a un niño.

No le quitemos valor porque lo han hecho al decírselo, al revés, valoremos que lo hacen aunque no les nace, porque están derribando muros de millones de años y ejemplos parentales que aún en la actualidad perduran.Si te sucede ésto o sabes de alguien que le ocurra, podéis recurrir a un psicoterapeuta.

Si te puedo ayudar, aquí estoy.

Mercedes.

¿SON BUENAS O MALAS LAS CRISIS?

Por | Sin categoría

Serán positivas o negativas en función de cómo transitemos por ellas, en función de lo que aprendamos durante ellas.

Me gusta la palabra en chino:危机 . El primer caracter significa peligro, atención y el segundo caracter quiere decir oportunidad.

Las crisis aparecen porque lo que durante un tiempo funcionó, deja de funcionar y ofrecen oportunidades de cambio. Pero este cambio será evolutivo si la crisis la vemos, la aceptamos y la hacemos servir para cambiar algo de nosotros mismos o de afuera y con ello evolucionar, ir hacia adelante, ser mejores, romper con algo o con alguien, cerrar una etapa, llevar las riendas de una crisis evolutiva.

Si por el contrario, cerramos los ojos y nos negamos la crisis, nos negamos la oportunidad de ver el problema, analizar la situación y reconducirla, en este caso la crisis será involutiva.
No habremos conocido el problema o problemas que nos han llevado a la crisis y no habremos aprendido nada o casi nada. Habremos puesto algunas tiritas, nos habremos dicho que ya se pasará cuando ocurra esto o deje de pasar aquello.
Pero los problemas seguirán ahí, tal vez acallados con algún parche o autoengaño: un cambio de casa, un nuevo hijo…, hasta que la crisis no solucionada vuelva a emerger de nuevo una y otra vez mientras afrontemos el problema que nos mantiene en crisis.

Lamentablemente podemos estar encubriendo o escondiendo un problema «ad infinitum», porque el hacerlo nos evita el trabajo y el esfuerzo del afrontamiento y el cambio que nos puede causar miedo y sensación de saltar al vacío. Nos cuesta soltar incluso las cosas que no nos gustan porque como ya he comentado en otra ocasión, nos acostumbramos a ellas.

Los momentos de crisis son delicados. Sufrimos y estamos vulnerables por lo que hemos de ser muy prudentes en quien depositamos nuestra confianza pues hay personas y grupos expertos en captar a otros en situación de fragilidad emocional.

Si estás en un momento de fragilidad emocional, debes de saber que estás vulnerable y receptiva/o a cualquier mensaje atractivo que te va a sacar de tu crisis.

Yo siempre digo que una crisis potente puede ser un buen regalo para replantearnos qué pasa en nuestra vida, si no tenemos la satisfacción que creemos merecernos. No debemos de andar de puntillas por las crisis, postergando la solución una y otra vez.

Deberías de acudir a un psicoterapeuta que te ayude a analizar tu problema, a identificarlo y a buscar juntos las mejores soluciones, acompañándote en el camino de la crisis para que esta sea positiva.

¿Estás en crisis? ¿Tu crisis se repite con frecuencia?.

Debemos tratar de que las crisis sean siempre evolutivas, que nos lleven a una mejora personal, familiar, social y profesional.

Si te puedo ayudar, aquí estoy.

Mercedes.