¿Cuándo es necesaria la terapia de pareja?
La terapia de pareja puede ser necesaria cuando vemos que hay algo en la relación que no está funcionando como esperamos (disfunción de pareja). Los problemas de pareja más comunes suelen darse cuando hay fallos en la comunicación, en las relaciones sexuales, en las relaciones con la familia, o en la percepción de apoyo y cuidado que se deben brindar ambos miembros de la pareja.
Cuando estos problemas se agravan, la pareja se vuelve disfuncional y empiezan a aparecer los conflictos:
- Desamor.
- Falta de confianza.
- Celos.
- Infidelidades.
- Incumplimiento de las obligaciones de co-parentalidad (hijos y hogar).
Cuándo el divorcio es inevitable
Si la relación ha entrado en un punto de no retorno y la ruptura es inevitable, se puede tratar a los miembros de la pareja para alcanzar una solución que sea lo más beneficiosa posible para ambos, y que les ayude a recuperar la satisfacción vital y el bienestar familiar aunque estén separados. En las relaciones con hijos también es conveniente trabajar el plano de la co-parentalidad, dado que los padres siguen siendo padres pese a que se haya decidido poner fin a la unión y su convivencia.
Las Segundas Uniones
Las Segundas Uniones matrimoniales o no matrimoniales son cada vez más frecuentes ya que ha aumentado la tasa de divorcios y las personas, en general, tendemos a vivir en pareja porque nos hace percibir unas sensaciones de seguridad, estabilidad y apoyo que en muchas ocasiones no se consigue viviendo en solitario. Aunque quisiera destacar que en los últimos decenios, tanto hombres como mujeres ven como una posibilidad muy satisfactoria la de vivir solos. La fórmula “Living apart together”, “Somos pareja pero no vivimos juntos”, tiene sus pros y sus contras pero en muchas ocasiones funciona.
Estamos en un momento de “monogamia sucesiva”: tenemos una pareja, luego tenemos otra e incluso una tercera unión. Esto es debido en gran parte al aumento de esperanza de vida ya que a los treinta, cuarenta, o sesenta años, muchas personas piensan que aún les queda mucha vida por delante y no quieren vivirla bajo la sombra de la infelicidad. También las Segundas Uniones tienen su causa en la mayor independencia de la mujer que le da mas libertad de continuar o no en una relación disfuncional.
Hoy en día ya se ve la Segunda Unión como una segunda oportunidad de establecer una nueva relación. Una puerta abierta a un modelo diferente de pareja más igualitario en el que ambos han tenido un aprendizaje previo.
Hay algunos factores que influyen en el éxito de estas uniones como:
- La precedencia de los hijos (hijos habidos antes de esta segunda relación por un miembro o por los dos): Normalmente se construye una pareja y luego vienen los hijos. En los casos de las segundas uniones, los hijos preceden a la pareja y dependiendo de cómo se gestione, puede ser motivo de conflicto o enriquecimiento familiar.
- El factor económico: Si hay una economía saneada o no, si es muy desigual o no, si una de las partes o las dos tienen que pasar una pensión a sus ex-cónyuges e hijos y uno de los miembros no está de acuerdo en esas cantidades.
- Otro factor muy importante es la madurez de los miembros de la nueva pareja: El haber aprendido a priorizar las necesidades y a conciliar las normas, tanto con respecto a ellos mismos como con los hijos si los hubiere. Normalmente en la segunda unión se da una mayor madurez en los dos miembros de la pareja, y esto da estabilidad a la relación como también la da la capacidad de compromiso de los dos.
Hay varios factores más que también influyen en el éxito de la segunda unión, como la diferencia de edad entre los nuevos cónyuges, las relaciones con las familias políticas (si hay injerencias o no), la cultura, el enfoque educativo…
En suma, la Segunda Unión ó Familia Reconstituida puede ser una gran oportunidad de recuperar la ilusión perdida en una primera relación.
Después de una ruptura, rehacer la vida no significa volver a casarse ni unirse a alguien, sino saber redefinirse y encontrar un camino de satisfacción personal sin un compañero o compañera necesariamente.