Tag

separación archivos - Mercedes González | Psicóloga | Psicoterapeuta

NO ME SEPARO POR NUESTROS HIJOS

Por | Sin categoría

» Hace tiempo que me habría separado pero no lo hago por nuestros hijos».

Frase frecuente de muchos padres. Sí, muy frecuente en uno o los dos miembros de una pareja disfuncional, con serios problemas de convivencia o desamor. Momentos en los que hay que reflexionar sobre si es más conveniente seguir juntos en la misma casa o afrontar una separación.

Muchas parejas manifiestan que no se separan por los hijos y en muchas ocasiones es verdad. En otras, las razones son diferentes, como temas económicos al no querer perder poder adquisitivo, ya que las separaciones son caras normalmente y luego hay que repartir bienes y tiempos con la prole, asignar o no gastos de manutención dependiendo del tipo de custodia, etc…

También a veces, un miembro de la pareja se siente culpable por alguna razón y ello le mantiene «atado” al otro miembro a pesar de haber dejado de amarle.

En ocasiones uno puede seguir casado con el rol y no con la persona, pues ésta le da seguridad, prestigio, estabilidad o una familia política maravillosa que le hace feliz.

Pero volvamos al “No nos separamos por nuestros hijos”.
Claro que lo ideal y más bonito y saludable es que papá y mamá estén juntos, felices y con sus hijos, pero ¿qué pasa cuando hay alta conflictividad en la pareja, se hablan permanentemente mal, con insultos, desprecios, desdibujando la figura del otro ante los hijos? ¿O por el contrario apenas se hablan, no hay muestras de cariño, no hay expresiones de amor porque ya no lo hay? Es entonces cuando hay que hacer un alarde de responsabilidad y preguntarse qué modelo de pareja se les está ofreciendo a esos hijos, qué están aprendiendo de los padres sobre cómo gestionan sus problemas, emociones, sentimientos, qué clase de vida en común se les está enseñando.

Hay padres, los menos, que acuerdan una separación de hecho permaneciendo los dos en el hogar familiar y comunicando la situación con honestidad a los hijos. Son pocos casos y suelen durar poco tiempo ya que, al llevar cada uno su vida, surgen roces y ambos progenitores tienen problemas de intimidad, se quejan de no tener su espacio en el que compartir tiempo con otra u otras personas.
En una familia debe de haber una buena comunicación, amor, apoyo y sinceridad.
En muchos casos hay que valorar seriamente si permanecer juntos con los hijos está siendo positivo o tóxico para ellos, ya que una mala convivencia cronificada en el tiempo es mucho más dañina que una honesta separación.

La responsabilidad nos tiene que llevar a tomar decisiones justas y honestas aunque sean dolorosas. Los hijos quieren ver padres felices, juntos o separados pero felices. Claro que los prefieren juntos, pero cuando la relación lo permite. Es mucho más traumática una mala convivencia que una coherente separación.
En cualquier caso, siempre hay que transmitir seguridad y amor a los hijos, ya que muchas veces pueden pensar que son los culpables de la situación y que igual que papá y mamá se querían mucho y se han separado, también se pueden separar de mí. Hay que asegurarles que la ruptura es entre los padres y en ningún caso entre los padres y ellos.

Mercedes.